Hola, soy Sotero Gómez
Como fundador de Inmogenova, quiero agradecer el tiempo que está dedicando a conocernos un poco mejor e intentaré resumir brevemente cual es nuestra filosofía de trabajo y los beneficios que pudiera ofrecerle. Cuando empecé con la profesión inmobiliaria, pronto descubrí que tanto el comprador como el vendedor coincidían en su mayor preocupación: Querían tener la certeza de que iban a tomar la decisión correcta.
Desde mi modo de entender el negocio inmobiliario, mi labor principal como intermediario es transmitir a las partes esa seguridad, la compra-venta de un inmueble no siempre es cuestión de precio, es mucho más emocional de lo que imaginamos.
Muchas veces los vendedores se ven obligados a desprenderse de una vivienda donde han crecido, que les vincula con sentimientos de un pasado que añoran, una relación familiar que ya no es lo que era, etc. Otras veces, necesitan liquidez para emprender nuevos proyectos, una nueva etapa u otras varias razones que les obligan a realizar cambios importantes en su vida. Está claro que nadie se desprende de su patrimonio porque sí. Y los compradores, hartos de que les llenen la cabeza con miles de argumentos que no dan solución a sus necesidades reales, de quedar en un sitio con su agente para que les enseñe un piso que está en otro lugar, de que les traten siempre con desconfianza, con tabús y secretismos que no les causan más que inseguridad e indecisiones.
Pronto entendí que mi principal virtud debe de ser siempre la transparencia, que debería de contar con una paciencia y sensibilidad especial si quería cumplir con el objetivo que se me había encomendado: poner de acuerdo a las partes para que lleguen a un buen entendimiento. Como en este oficio no existen varitas mágicas, entiendo que solamente el trabajo, la seriedad y la profesionalidad nos lleva a alcanzar nuestros objetivos.
Les invito a que vengan a conocerme cuando tengan cualquier consulta relacionada. Desde aquí les garantizo que estaré encantado de poder ayudarles.
Reciban un saludo afectuoso.
Sotero Gómez